,

¿Es verdaderamente bueno el aceite de linaza?

El aceite de linaza es un tipo de barniz que se utiliza desde siempre para proteger los suelos de terracota. Este tipo de suelos sufren de una gran porosidad, por eso la idea era saturar los poros de cada baldosa, de manera que se evitaba que cualquier tipo de humedad penetrase en el material.

Sin embargo, el aceite de linaza tiene sus desventajas. Una vez aplicado, deja una textura pegajosa, nada agradable al tacto y por otro lado, desprende un fuerte olor en toda la zona durante varios días. En absoluto recomendable cuando se habita en ese mismo lugar.

Otra de sus desventajas, es que una vez queramos renovar el tratamiento, será necesario decapar los suelos de terracota, ya que el aceite de linaza deja una desagradable capa amarillenta que se va despegando con el uso.

Si este ha sido tu caso, te recomendamos un limpiador especializado para eliminar los restos de aceite de linaza. Sanet es un eficaz limpiador que te ayudará a diluir este tipo de capas pegajosas.

Una vez tus suelos de terracota estén despejados, podrás aplicar un tratamiento para proteger tus suelos de terracota mucho mejor que lo hacía el antiguo aceite de linaza.

En Monestir disponemos de dos tratamientos específicos para ese tipo de suelos. El Aceite para terracota efecto Mate y el Aceite para terracota efecto Brillo Rústico.

Estos dos tratamientos nutren en profundidad este tipo de material intensificando su dureza y realzando su brillo. Asimismo, protegerán tus suelos de terracota contra todo tipo de manchas domésticas. Con los aceites de Monestir no tendrás que preocuparte de que se amarillen ni de que los suelos cambien su textura y color natural. Y tampoco tendrás que decaparlos con el tiempo.

Otra de la ventaja de los aceites para terracota de Monestir es que tus suelos permanecerán limpios por mucho más tiempo, ya que evitan la acumulación de suciedad.

En cuanto a su aplicación, podrás realizarla tu mismo de manera rápida y sencilla. Su secado dura solamente 24 horas y podrás disponer de la estancia tratada sin ningún tipo de olor.