Para las manchas difíciles nunca utilices salfumán
Tradicionalmente para las manchas incrustadas, hemos utilizado los productos de toda la vida como la lejía o el salfumán. Esto ocurre porque los solemos tener como plan B, es decir, si nuestros productos habituales de limpieza no acaban con la suciedad difícil, entonces optamos por los productos más fuertes que conocemos, como es el caso del salfumán en suelos y fachadas.
Si vamos a utilizar un producto de limpieza, es importante conocer sus características de primera mano; ya que puede no ser recomendable para la superficie que vamos a tratar y acabemos dañándola irreversiblemente o incluso podemos acabar causando un accidente.
El salfumán es ácido clorhídrico, un ácido muy potente que destruye materiales como por ejemplo, el cemento o la cerámica. Es muy conocido por su fuerte olor a químico, ya que desprende vapores irritantes muy tóxicos. Además en contacto con la piel causa irritaciones y quemaduras.
Cómo decíamos anteriormente, el salfumán suele ser utilizado como limpiador para manchas incrustadas. Mucha gente opta por limpiar suelos y fachadas después de una obra con salfumán o para limpiar habitualmente superficies de piedra natural. El resultado es que las superficies de piedra acaban con un aspecto bastante desgastado, sin el bonito color que las caracteriza. Lo mismo ocurre con las baldosas después de una obra. De hecho, limpiar un suelo recién puesto con salfumán es prácticamente destrozar el trabajo realizado, ya que dañará seriamente el brillo y el color de las baldosas nuevas.
Para no caer en estos graves errores, os recomendamos productos especialmente diseñados para las manchas más difíciles, dependiendo del material y la suciedad a tratar. En el caso de una obra, para acabar con las manchas incrustadas, debemos utilizar Protecer para tratar las piezas antes del rejuntado y así facilitar posteriormente su limpieza. Una vez acabada la obra, aplicaremos Sanet, un quitacementos antisalitre que disuelve los restos de obra sin dañar la nueva superficie.
Si lo que necesitamos es acabar con las típicas manchas domésticas, utilizaremos Sanigel, un eficaz quitamanchas decapante desengrasante que no emite vapores ni deja olores. Es muy fácil de aplicar y respeta la superficie a tratar.
Recuerda utilizar siempre productos especializados para tus suelos y fachadas. Recuerda que Monestir es siempre la mejor elección.