Los cuatro pasos para renovar tu suelo rústico
Tras casi 25 años de experiencia y un profundo conocimiento de los suelos de terracota, piedra, gres, mosaico hidráulico y cemento, en Monestir hemos desarrollado un sistema para renovar el suelo rústico por completo. Este sistema consiste en 4 sencillos pasos que podrás llevar a cabo sin necesidad de maquinaria ni conocimientos avanzados. Te lo contamos a continuación.
1. Limpieza del suelo rústico
El primer paso consiste en realizar una limpieza adecuada en función de las manchas que identifiques.
Si se trata de manchas provocadas por una obra, como restos de mortero, cemento y polvo, o bien manchas blanquecinas producidas por el salitre, el producto idóneo para limpiar tu suelo rústico es Sanet.
En cambio, si el suelo presenta manchas domésticas o bien necesitas decapar un tratamiento antiguo (aceite, cera, barniz…) porque ya se ha pelado o deteriorado, el producto a elegir es Sanigel.
Ambos productos se pueden utilizar tanto en pavimentos de interior como de exterior.
Ahora bien, si tienes un suelo rústico de exterior y necesitas es un producto que elimine por completo las manchas de humedad y verdín que se han ido acumulando, elige el Limpiador de Pavimentos.
Estos productos no dañarán tu preciado suelo rústico ni las juntas, ya que sólo actúan contra la suciedad. Todos ellos se aplican diluidos en agua y, tras dejarlos actuar, simplemente tendrás que retirar la suciedad con un estropajo o un cepillo y aclarar bien. Hecho esto, tu suelo estará completamente limpio y podrás pasar al siguiente paso para renovar tu suelo rústico.
2. Renovar suelo rústico: capa de Protección
Los suelos rústicos son muy porosos, por eso absorben las manchas tan fácilmente. Para evitarlo es necesario aplicar una capa de protección que sature su porosidad y los impermeabilice contra la humedad y las manchas.
Para suelos de terracota instalados en interior, el producto de elección es Cottobello, si quieres un acabado natural (sin alterar la tonalidad ni el brillo de tu suelo de barro); o bien Remember, si deseas darle un ligero efecto mojado al suelo que intensifique su tonalidad original y le de un tacto sedoso.
Para suelos de terracota instalados en exterior, los productos más adecuados son Mitrol, para un acabado natural y mate, o Mitrol Wet para un acabado con efecto mojado satinado. Ambos evitarán las manchas domésticas y a su vez protegerán al suelo contra los agentes atmosféricos, moho y exfoliaciones por heladas.
Para cualquier otro suelo rústico –mosaico hidráulico, pizarra, gres poroso, mármol envejecido…- el producto que deberás utilizar es Bellatrix Natural, si deseas una protección totalmente transparente, o Bellatrix, para aportar un efecto mojado que intensifique el tono y le aporte un brillo satinado.
Los productos de protección se aplican sin diluir, con una brocha ancha, aplicando una mano generosa y bien extendida que cubra tanto las piezas como las juntas. Una vez seco, el suelo estará listo para el tercer paso.
3. Ennoblecimiento
Ennoblecer el suelo rústico consiste en darle un aspecto todavía más elegante, pero su finalidad va más allá de la mera estética. Los productos que mostramos a continuación fortalecerán la capa de protección aplicada previamente. Aportarán mayor dureza y prevendrán el desgaste del suelo, logrando que el tratamiento aplicado dure mucho más tiempo en perfectas condiciones.
Si tu suelo es de terracota y está instalado en interior, podrás elegir tres productos en función del acabado que desees: Lucer para un acabado brillante; Lucer Mate para un acabado mate, o Lucer Cuero para darle una tonalidad más oscura y cálida al suelo.
Para los suelos de mosaico hidráulico, piedra, mármol envejecido, pizarra, gres poroso y microcemento instalados en interior, el producto de ennoblecimiento es la Cera Noble Líquida. Su acabado es sedoso y satinado, y aunque no modifica la tonalidad del suelo le aporta un plus de elegancia y vistosidad.
Los productos para el ennoblecimiento se aplican sin diluir, con ayuda de una brocha ancha y procurando extender bien la mano para no dejar marcas.
Hecho esto, el tratamiento ha terminado y tu suelo rústico ya está totalmente protegido. Ahora bien, recuerda que es imprescindible realizar un buen mantenimiento posterior, por ello lo añadimos como cuarto paso.
4. Mantenimiento cotidiano
La limpieza de los suelos rústicos se debe realizar con productos específicos para no deteriorar el tratamiento aplicado, y en su lugar, potenciar su protección y su brillo por muchos años.
Todos los suelos rústicos, tanto de terracota como de piedra, mosaico hidráulico, gres poroso y microcemento se beneficiarán si los limpias habitualmente con Cerabric. Este producto, diluido en agua y aplicado con fregona, restaurará el posible desgaste del tratamiento previo y regenerará su brillo inicial.
Siguiendo estos pasos, lograrás renovar por completo tu suelo rústico con resultados profesionales y duraderos.